domingo, 29 de enero de 2012






3-LA CASA: EL MOBILIARIO Y LA DECORACIÓN.

A)GRECIA.

Las viviendas particulares eran por lo general modestas, incluso en la época en que Atenas recibió importantes contribuciones de otros estados griegos, porque lo que no se gastaba en la flota o el ejército se dedicaba a la construcción de grandiosos edificios de uso religioso o civil, y, en general, el embellecimiento del espacio público, realizándose todo ello con una decoración y unos materiales muy costosos de los que carecían las residencias privadas.

La mayor parte de los datos con que contamos sobre las casas griegas se basa en fuentes escritas que se refieren sobre todo a Atenas. Allí dentro de su general modestia tenían cierta variedad.

Algunas eran como cavernas excavadas en la roca o minúsculas construcciones adosadas a la pared rocosa. El tipo más común entre las cimentadas en el suelo tenía una sola planta, dividida en dos o tres diminutas piezas. A veces contaban con una planta superior, a la que se accedía por fuera a través de una escalera de madera; esto permitía alquilar esa planta sin perder independencia.

Las construcciones eran muy pobres, hechas con madera, adobes (ladrillos sin cocer o secados al sol) y cascajo; contribuían a que estuvieran en pie el que estuvieran apoyadas unas sobre otras. Los tabiques eran tan ligeros que resultaba muy fácil abrir un boquete para penetrar en ellas; y las dependencias tan pequeñas que las puertas habían de abrirse hacia fuera.

Si un inquilino no pagaba, el propietario de la casa procedía a desmontar la puerta, o el techo, o bien condenaba el pozo. Así quien quedaba en la calle sólo tenía que cargar al hombro sus pequeñas pertenencias para buscar refugio, por ejemplo, cerca de los baños públicos, cuyas paredes estaban calientes.

No existían las ventanas con cristales, de modo que sólo había pequeños ventanucos de ventilación que taponaban con cualquier cosa para guarecerse del frío, la lluvia o el sol.. No había cocinas. El fuego se encendía fuera y luego se llevaba dentro de la casa, retirando con un palo una plancha del techo para facilitar la ventilación.


Hay testimonios escritos de la existencia en Atenas de viviendas colectivas, que albergaban varias familias de inquilinos. También sabemos que había casas de gentes ricas, más confortables y lo suficientemente amplias como para permitir albergar a los esclavos domésticos de aquellas familias que los poseían. Sin embargo, la mayor parte de las familias acomodadas residían, al parecer, en los alrededores de la ciudad e, incluso, en el campo, donde tenían sus haciendas con esclavos y disponían de un espacio más amplio.

La planta de la casa es cuadrada y el conjunto de la construcción se abre hacia dentro. A la entrada hay un vestíbulo de recepción, a continuación un patio abierto y, finalmente, un pórtico interior, al que dan todas las piezas. Este último se orienta hacia el sur para recibir mejor los rayos del sol, con independencia que la puerta de entrada de hacia el sur o el este. En la planta baja, al fondo normalmente, se encuentra el cuarto de estar, la pieza más grande, que recibe así, desde el pórtico, la luz del mediodía; hay, además, un andrón o sala de los simposios y un comedor anejo al baño y a la cocina. En la planta superior se hallan instalados el tálamo o dormitorio conyugal, el gineceo o sala de las mujeres y los niños, y las habitaciones de los esclavos domésticos.

En estas casas los muros se revestían simplemente con cal y sólo las piezas más nobles recibían mosaicos o tapices; en el s.IV a.C., cuando parece haberse desarrollado una tendencia al lujo en las residencias, la decoración se hizo más suntuosa, incluyendo a veces pinturas murales. En las casas humildes el mobiliario era escaso y muy pobre; en las demás, su riqueza era muy variable y, en todo caso, se componía de los lechos, las mesas, los asientos con respaldo, los taburetes y los arcones y cofres en donde se guardaban las distintas pertenencias, incluidas las joyas.

En cuanto a la vajilla de mesa, no contaba con piezas realizadas en materiales costosos, pero los más ricos exhibían en los simposios los ejemplares procedentes de los talleres cerámicos más cotizados.

Las salazones, frutos secos, el vino o el aceite se guardaban en tinajas de arcilla. Otras piezas eran las ánforas, vasos con cuello y dos asas. Las frutas y verduras se colocaban en un cesto de mimbre (kálathos). El agua se transportaba en hidrias, vasos de dos asas y una tercera a la altura del cuello; otro tipo común de vaso era la crátera, más bien grande y de boca muy ancha, que se utilizaba para mezclar el vino y el agua en los banquetes. La vajilla de mesa incluía asimismo platos, vasos y tazas.

B)ROMA.

Cuando la vida urbana está muy desarrollada en una civilización es porque ésta ha alcanzado un grado de complejidad que se manifiesta en la gran diversidad de actividades existentes en la sociedad, entre cuyos miembros hay diferencias económicas y sociales importantes. Un símbolo de las mismas suele ser la vivienda que se ocupa. Así no podemos pensar en un único tipo de casa, sino en la variedad según la riqueza o pobreza de cada cual.

Así encontramos desde las lujosas villae de los senadores y ricos hombres de negocios, con maravillosas vistas, frondosos jardines llenos de fuentes y dependencias exquisitamente decoradas hasta los tugurios y pergulae, habitaciones de reducidas dimensiones donde se hacinaba la gente más pobre. Pese a ello diferenciaremos entre:

1-Domus.

El modelo primitivo es de origen etrusco, de planta rectangular, en donde se distinguen tres zonas:

- La entrada.

- Un cuerpo central abierto al aire y a la luz.

- Un jardín en su parte posterior.

Carece de vistas al exterior, las ventanas son escasas, pequeñas e irregulares; la puerta, ianua, de dos hojas, es en sí la única abertura al exterior, la cual da al vestibulum que llega al atrium. Suele tener un solo piso y las diversas dependencias interiores están destinadas cada una a un único uso: comedor, dormitorio...

El atrium es la parte más importante de la casa. Es en sí un gran patio central, en donde se colocaba el compluvium para canalizar el agua de lluvia hacia el impluvium. En una esquina del atrio estaba el larario u hornacina destinada al culto doméstico, donde se veneraba a los antepasados y a los dioses del hogar

En estos primeros tiempos, el mobiliario se caracterizaba por su simplicidad. Para dormir se contentaban con unas tablas de madera; las sillas, las mesas y los cofres son de madera y formas simples; la vajilla de arcilla o de barro.

Este tipo de vivienda fue evolucionando con el tiempo, sobre todo, con el contacto de la cultura griega.

En las casas de la República, como por ejemplo en Pompeya, se entraba por un corredor (vestibulum) tras el cual estaba el atrium. Era un gran espacio vacío con una abertura en el techo (compluvium) que se correspondía en el suelo con una pila rectangular (impluvium) destinada a recoger el agua de lluvia, que después pasaba a una cisterna subterránea.

Primitivamente, el atrio era el lugar en donde ardía el fuego y la familia trabajaba, comía y dormía. Posteriormente, se abrieron habitaciones con funciones específicas: alcobas para dormir, pequeñas estancias para guardar las imágenes de los antepasados y el tablinum, habitación grande ubicada en la pared del atrio situada frente a la puerta, destinada al dueño de la casa.

Algunas casas tenían locales que daban a la calle, las tabernae, tiendas donde se vendían los productos cosechados en las tierras del dueño de la casa o que se alquilaban a terceros.


Tras el contacto con la cultura griega, la casa se amplió en su cuerpo posterior, hacia donde se desplazó la vida familiar. Era el peristylum, jardín rodeado de un pórtico, a veces de dos pisos, sostenido por columnas y que también estaba rodeado por varias habitaciones.

La simplicidad del mobiliario antes de las conquistas es comparable a la magnificencia de éste después de estas conquistas. Se buscan objetos preciosos con apliques en bronce, oro o plata; las formas se complican (mesas de un solo pie o de tres con decoraciones en plata o bronce). Las sillas terminan en un diván o triclinium en piedra, madera o bronce. Aparecen las vajillas de plata en las casas ricas, aunque no para uso. De todas formas los muebles siguen siendo los indispensables, dando a la casa una sensación de desnudez.

En el Imperio y Bajo Imperio, todo se complica y aparece cada vez más el lujo exacerbado.

Para alumbrar las casa se servían de antorchas, velas y lámparas de aceite. Las habitaciones se calentaban por medio de estufas portátiles de bronce o braseros fijos.

El suelo estaba cubierto de mosaicos (más ricos cada vez según se avanza en el tiempo) y las paredes solían estar decoradas con cortinajes o frescos más o menos lujosos.

2-Insulae.

Sus orígenes están en la superpoblación, en la falta de espacio y en las duras condiciones económicas de la vida en Roma. Eran edificios de hasta cinco pisos, con balcones y ventanas al exterior y cuyas dependencias interiores no tenían características especiales, ya que una sola dependencia era destinada a varios usos.

Sus ocupantes, clase popular y carentes de grandes medios económicos, las utilizaban según sus necesidades familiares. Eran casa estrechas, poco confortables, carentes por lo general de agua corriente y retrete, tenían poca luz y la mala calidad de los materiales hacía que los incendios o hundimientos fuesen frecuentes.

La mayoría era de alquiler y en ellas se vivía de manera bastante deficiente.

En sus bajos se colocaban los comercios, como en la actualidad, con letreros indicando el tipo de negocio no con escritura sino con dibujos: un prostíbulo, por ejemplo, se indicaba con un cartel en donde aparecía un pene dibujado.

Este tipo de vivienda constaba generalmente:

- Un pasillo que da lugar a un distribuidor.

- Un distribuidor, de donde se accede a las restantes habitaciones. Da a la calle o un patio interior y es utilizado generalmente como comedor y cocina.

- Un par de dormitorios.


- Una salita de medianas dimensiones.

3-Villae.

Hay que distinguir dos tipos:

- Villa rustica.

La habitaban los siervos al servicio de una hacienda. Constaba de varias dependencias para distintos usos: cocina, baños, dormitorios, bodegas, establos, corrales, almacenes...

- Villa urbana.

e construía en la zona más pintoresca de la hacienda. La habitaba el dueño cuando iba al campo y estaba dotada de todo tipo de lujos, poseyendo múltiples dependencias. Generalmente se rodeaban de algún huerto o jardín.




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