domingo, 29 de enero de 2012


B)ROMA.

a)Teatro.

Los romanos imitaron la construcción de sus teatros de las colonias griegas del sur de Italia.

Originariamente las representaciones romanas eran al aire libre y los espectadores estaban de pie. Más adelante, se construyeron teatros de madera y, a partir del s.II a.C., se añadieron unas gradas en semicírculo, donde todos los espectadores permanecían de pie y entremezclados. Roma no conoció un teatro de madera hasta finales de la República.

Los romanos hicieron varias innovaciones importantes, como:

- Utilización del telón, cosa que no disponían los griegos. Este bajaba al empezar la representación y subía cuando terminaba.

- Utilización del toldo, velum, para los días de mucho sol.

En cuanto a los espectadores, las mujeres asistían normalmente al teatro, al contrario que en Grecia, aunque no veían los mimos a causa de su carácter obsceno y licencioso.

La mayor parte de los actores eran extranjeros, esclavos y libertos. Todos ellos gozaban de poco prestigio social y eran considerados como gente sin honor. Las mujeres también participaban en las representaciones, pero estaban muy mal consideradas y gozaban de la misma consideración que las prostitutas.

El teatro romano estaba dividido en tres partes:

- Ima cavea, ocupado por autoridades.

- Media cavea.

- Summa cavea.

El público se llevaba consigo la comida y la bebida y mostraba su disconformidad con pitidos, aplaudía, pateaba... Es decir, la representación se realizaba en un ambiente bullicioso y alegre.

En Roma, además de la tragedia y de la comedia, se dieron también el mimo, en donde se combinaba el erotismo con la crueldad, y la pantomima.

De todas formas, el teatro no llegó a cuajar en Roma como en Grecia. La gente prefería otros espectáculos más sangrientos. Cabe decir que la única obra que tuvo cierto éxito fue aquella en la que en cada representación se asesinaba a un esclavo en la misma escena.

b)Los juegos.

Los romanos sintieron una gran pasión por los juegos, especialmente durante el Imperio. Tal fue así que los emperadores solían utilizarlos para apartar al pueblo de pensamientos desestabilizadores de su poder.

Se celebraban en fechas fijas y eran organizados por los ediles generalmente, que aprovechaban éstos para ganarse el voto en futuras elecciones. A veces también los organizaban magistrados o particulares para obtener la simpatía del pueblo. El erario público subvencionaba parte de estos juegos, pero, como los magistrados querían dar la mayor grandiosidad y atracción, ponían de su propia fortuna el resto.

La abundancia de juego y la seguridad de la annona, aprovisionamiento gratuito para los pobres de trigo y dinero, despreocupaba a la población de cualquier otra cosa. Con el panem et circenses, la plebe se consideraba feliz.

Los días que se celebraban juegos acudían al Circo Máximo de 150000 a 200000 personas, ataviadas con diversos atuendos, según se celebrasen los ludi cereales (en honor de Ceres), a los que iban todos vestidos de blanco, o los ludi florales (fiesta de la primavera), en los que los asistentes se vestían de variados colores para imitar los campos en primavera. En otras ocasiones, los espectadores lucían pañuelos con los colores de su equipo favorito. Los hombres dejaban los burdeles, empeñaban hasta la ropa en las apuestas, se proveían de comida y almohadillas y entraban a presenciar el espectáculo, que duraba todo el día.

Se iniciaban los juegos con un desfile de carácter religioso, que partía del Capitolio y recorría en procesión el Foro y las principales calles de Roma, portando numerosas estatuas de dioses. Ya en el circo la comitiva recorría toda la pista. En cabeza y de pie, el magistrado organizador de los juegos, vestido con una toga bordada en oro; sobre su cabeza, una corona de hojas de roble y en la mano un cetro de marfil. Precedía al magistrado una comparsa de músicos vestidos con togas blancas. Detrás iban las imágenes de los dioses. La muchedumbre aclamaba con grandes voces.

Los lugares para la celebración de estos juegos eran:

1-El circo, que era de planta rectangular, con los lados menores formando un arco de circunferencia. En el centro había un muro central o spina, terminado en dos columnas (metae), en donde se solían colocar obeliscos generalmente traídos de Egipto, estatuas de divinidades, surtidores y siete grandes huevos de madera que servían para contabilizar las siete vueltas de que constaba cada carrera. También siete delfines esculpidos en piedra podían cumplir la misma función. Delante de una de las metas estaban las cocheras llamadas carceres, en donde los caballos y aurigas esperaban el momento de ponerse en la línea de salida. Esto ocurría cuando el magistrado que presidía los juegos, sentado en el palco de autoridades, tiraba un pañuelo a la arena.


El más importante fue el Circus Maximus de Roma. En éste se celebraban luchas de gladiadores, venationes...., pero sobre todo se dedicaba a las carreras de carros.

2-El anfiteatro, que es en sí un teatro doble, de forma elíptica. Según la tradición, en el año 53 a.C. se construyeron dos teatros móviles, que, al unirse, formaron el primer anfiteatro. Posteriormente se levantaron otros de piedra, hasta el año 80 que se construyó el más importante: el anfiteatro Flavio o Coliseo, con una capacidad para unos 45000 espectadores. En él se ofrecían tres tipos, de espectáculos: luchas de gladiadores, luchas de fieras salvajes y combates navales. Consta de las siguientes partes:

- El subterráneo, que lo forman las construcciones hechas bajo la arena, que servían para guardar decorados, tener a los gladiadores, las fieras... Estaba cubierto por un tablazón de madera, de forma que quedaba oculto al público.

- La arena, que era el espacio donde se desarrollaba el espectáculo.

- La cavea o graderío.

Las gradas comienzan a unos 4 metros de altura de la arena. Están divididas en tres sectores, separados por un pasillo. Se accedía a cada sector por unas escalerillas que desembocaban en el anfiteatro por unas grandes puertas o vomitoria.

El emperador se sentaba en un palco construido frente al eje menor de la arena. Los espectadores sabían cuál era su asiento gracias a unas entradas de piedra, en donde se constataba el número de la puerta de acceso, el sector y la grada.

Los juegos que podían darse en estos dos recintos podían ser:

1-Luchas de gladiadores

Su origen se sitúa en la región italiana de Campania, desde donde más tarde fueron introducidos en Roma. Con el tiempo se convirtieron en el espectáculo preferido de los romanos.

Un hombre podía convertirse en gladiador de tres maneras:

- Por ser condenado a muerte o a trabajos forzados.

- Por ser un esclavo castigado por su dueño.

- Por ser un hombre libre, que, acuciado por su pobreza, probaba suerte en la lucha.


Se entrenaban en escuelas especiales y formaban cuadrillas. Las leyes ponían límite a estas cuadrillas para evitar que se convirtieran en bandas armadas al servicio de un rico.

Las sesiones de combates, anunciadas con antelación, tenían lugar por la tarde y el número de participantes no podía sobrepasar las 120 parejas. Aunque esto era muchas veces sobreseído: Trajano hizo luchar una vez a 10000 hombres en 123 días.

El espectáculo comenzaba con una gran parada; los gladiadores, vestidos de oro y púrpura, montados sobre carros, desfilaban por la arena del circo o anfiteatro. Les seguía una gran cohorte de músicos con instrumentos de metal y de viento, así como un órgano hidráulico. Al llegar frente a la tribuna del emperador hacían su saludo (Ave, Caesar, morituri te salutant) y se dirigían hacia el promotor de la fiesta que examinaba sus armas. Posteriormente se sorteaban los gladiadores para formar las parejas que debían enfrentarse.

El público empezaba a gritar, animando al gladiador por el que había apostado.

Cuando uno de los luchadores caía al suelo vencido, pedía clemencia a la multitud levantando el brazo. Si la plebe consideraba su actuación buena, levantaba el pulgar o agitaba el pañuelo al aire, indicando el perdón; si se bajaba el pulgar hacia abajo, vertere pollicem, era señal de que el vencedor debía degollar al vencido y gritaba: (iugula!. Posteriormente el vencedor obtenía la palma como símbolo de su victoria. Además podía recibir regalos y fuertes sumas de dinero hasta que, tras muchas victorias, se le regalaba una espada de madera como símbolo de su retirada.

Igual que los aurigas y los actores de moda, los gladiadores gozaban de gran éxito, sobre todo entre las mujeres.

Había varias clases de gladiadores; entre ellos los más importantes eran:

- Los retiarii, que luchaban sin casco, armados con un tridente y una red. Como protección llevaban en el brazo izquierdo un guantelete que se prolongaba en una pieza metálica, que cubría el hombro y la cabeza. Iban vestidos con una especie de calzoncillo ceñido por un cinturón de cuero, donde llevaban un puñal que usaban en momentos extremos.

- Los tracii, que llevaban grebas, rodilleras y armaduras en los muslos, además de un guantelete en el brazo derecho. Se protegían con un pequeño escudo redondo y con un casco que les cubría todo el rostro y que imitaba la forma de la cabeza de un animal salvaje. Luchaban con una espada corta y curvada.

- Los samnitas, que llevaban protecciones en la pierna izquierda y en el brazo derecho, Se cubrían el cuerpo con un escudo alargado y cóncavo y la cabeza con un casco adornado con una pluma o un penacho de crines. Llevaban una espada corta.

- También se podían dar combatientes a caballo o en carro.


2-Venationes o luchas de fieras.

También éstas tuvieron gran aceptación en Roma. Fieras raras y exóticas eran traídas de países lejanos. Llegaban hipopótamos y cocodrilos del Nilo, elefantes de Libia, leones de Tesalia, tigres de Hircania, osos del Danubio y un sinfín de variadas especies de otros lugares.

Las luchas eran terribles y el pueblo seguía con emoción estas peleas de ataque y defensa, que enfrentaban elefantes con rinocerontes, osos contra toros, tigres contra leones... Para aumentar su fiereza se les acuciaba con aguijones y fuego. Al final sólo sobrevivían la mitad de las fieras, la otra mitad había desaparecido devorada.

Este espectáculo se ofrecía generalmente por las mañanas, como preludio a los combates de gladiadores y tenía varias modalidades: exhibición de animales exóticos, luchas entre animales, combates entre hombres y bestias y ejercicio de doma.

A veces eran los condenados a muerte los que eran lanzados a la arena: hombres y mujeres indefensas morían devorados por los animales. Normalmente, este espectáculo se llevaba a cabo en horas de menor asistencia.

3-Naumaquias.

Se celebraban generalmente en el anfiteatro. Eran unos espectáculos que se ofrecían excepcionalmente y en donde se simulaban combates navales. Para ello se llenaba el lugar de agua. Se intentaban representar batallas navales históricas y los combatientes solían ser gladiadores y criminales condenados. En una naumaquia organizada por el emperador Claudio combatieron 19000 hombres.

4-Carreras de carros.

Mientras que en Grecia se celebraban en los hipódromos carreras de caballos y de carros con un fin deportivo, en Roma, sólo se reaccionaba ante la victoria o la derrota.

Se celebraban en el circo y constituían el espectáculo que más pasiones y partidismos más radicales encendía.

Cada carrera consistía en dar siete vueltas a la pista alrededor de la espina, que acostumbraba a medir unos 214 metros. Los caros se llamaban:

- Bigae, si estaban tirados por dos caballos.

- Trigae, por tres,

- Cuadrigae, por cuatro, que eran los más usados.


- De más caballos, que eran poco utilizados.

Cada carro representaba un bando o facción. Las facciones pagaban los gastos de entrenamiento, de selección de los animales, de los aurigas y del resto del personal necesario. Había 4 facciones, puesto que era el número de cuadrigas que competían a la vez: los blancos, los verdes, los azules y los rojos. Cada auriga salía a la pista con casco, látigo, unas bandas que le ceñían las piernas y los muslos, la casaca del color de la facción y con el cuerpo atado a las riendas, que tenía que cortar con un cuchillo en caso de accidente.

La alegría de los partidarios de un color era indescriptible, cuando el carro de su auriga pasaba cerca de la meta sin rozarla. Si tomaba la curva demasiado abierta, perdía tiempo y terreno con el peligro adicional de chocar con otro carro y provocar el temible naufragio. El auriga debía ser diestro en realizar movimientos con el cuerpo, hacia delante para incitar a los caballos y hacia atrás para frenarlos. Los animales también tenían importancia; cada uno tenía su historial con sus hazañas. Los aurigas solían pertenecer a las clases más bajas, pero algunos llegaban a ser millonarios, prefiriendo morir en las pistas a hacerlo en una cama.

Las carreras de carros, además del espectáculo, llevaban consigo las apuestas. En ellas se jugaban grandes cantidades de dinero, hasta incluso llevar a la ruina a los apostantes.

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