domingo, 29 de enero de 2012


6-CIENCIA.

Hasta el s.XVI el saber científico de la civilización occidental se basó en gran medida en los conocimientos transmitidos por los romanos. Fue a partir de este siglo cuando se produjo un a renovación y un avance en la ciencia y en la tecnología occidentales.

A)GRECIA.

El pensamiento griego se aplicó al desarrollo de la matemática, la astronomía y las ciencias de la naturaleza en general, pero esos logros solían quedarse en el terreno de la teoría, de modo que no mejoraban la calidad de vida de la gente.

Excepción a ello es la medicina, cuya finalidad era la de curar al enfermo.

Por lo general, se partía de un estudio anatómico del cuerpo humano. La diferenciación de sus partes y elementos (huesos, músculos, tendones, vísceras...) que lo integran se remontaba cuando menos a la época Arcaica, ya que aparece en la Ilíada; en cambio, el desarrollo de las funciones vitales fue interpretado de una forma incorrecta.


A pesar de la falta de doctrina general, se llegó a elaborar un método empírico que partía de un diagnóstico para aplicar el remedio basado en plantas o en técnicas quirúrgicas sencillas. E incluso se diferenció entre síntomas de la enfermedad (tos, la temperatura del cuerpo, el hipo, las heces, la orina, los vómitos...) y causas que la provocaban (género de vida, alimentación, clima, edad...).

Este método se puede vincular con el más famoso de los médicos griegos, Hipócrates. Además de la técnica, éstos no descuidaban el empleo de fórmulas mágicas y encantamientos.

La técnica más sublime era la de Asclepio o Esculapio para los romanos. Esta divinidad ejercía sus poderes y funciones en sus numerosos santuarios, en donde, parece ser, debido a las ofrendas votivas encontradas, se daban multitud de curaciones. El método utilizado no es conocido, aunque tenemos datos de Aristófanes en Pluto, en cuya obra se habla de ello: se acuesta al paciente en el vestíbulo del templo, éste se duerme; aparece el dios acompañado por sus hijas, toca la zona enferma y la tapa con un paño rojo, llama a las serpientes sagradas (símbolo de la medicina), introduciéndose debajo del lienzo para recorrerla con sus lenguas. A la mañana siguiente el enfermo se despertaba curado. De todas formas, el verdadero método no se conoce en realidad.

Los médicos se basaban en unos principios morales que aún hoy no han perdido vigencia, el llamado juramento hipocrático, entre los que están:

- Guardar en secreto la información obtenida de los enfermos.

- No abusar de la entrada libre en sus casas.

- No abusar de la capacidad de actuar sobre su voluntad.

- No provocar ni directa ni indirectamente la muerte del paciente, ni a petición suya ni la de otro.

- Presentarse limpio y bien vestido.

- Llevar una vida honorable.

- Mostrar una actitud afable que inspire confianza.

En cuanto a la ciencia en general, al principio todo se atribuía a la fuerza de los dioses, pero tras Tales de Mileto (hacia el 600 a.C.), el ser humano empieza a utilizar la ratio y busca explicaciones racionales.


Los griegos no empezaron de cero. Las antiguas civilizaciones ya contaban no sólo con la escritura, sino también con el cálculo escrito. En Babilonia se plantean resoluciones de fracciones, ecuaciones cuadradas... En Egipto, surgió la ciencia de la geometría, ya que, tras las inundaciones del Nilo, se tenían que volver a medir los campos. En Babilonia y Egipto, a causa de la elaboración del calendario, se observaba el cielo, compilando sus descubrimientos astronómicos.

Estos sólo pretendían solucionar sus problemas. Pero fueron los griegos los primeros en desarrollar teoremas y demostraciones; no les interesaban los inventos, los artilugios, sino la teoría.

En el camino de Tales, Pitágoras hizo un importante descubrimiento: a través de la música (la relación entre la longitud de las cuerdas de la lira y su sonido), llegó a afirmar que todo era número. Así, podemos considerar a Tales como padre de la ciencia en general y a Pitágoras de las ciencias exactas en particular.

Desarrollando las cuatro ramas de las matemáticas (aritmética, geometría, astronomía y música), la escuela pitagórica adquirió pronto importantes conocimientos, que los sabios resumían en forma de teoremas. Pero siempre con el principio todo es número en mente; sin embargo, a partir del 420 a.C., descubrieron la existencia de ciertas relaciones en las figuras geométricas imposibles de expresar con una fracción de números enteros. A estas magnitudes se las sigue llamando números irracionales. Esto supuso todo un trauma para los pitagóricos, pues desbarataba totalmente su dogma de fe.

Los griegos llevaban un sistema decimal, porque, según dice Aristóteles, las manos suman diez dedos. Conocían las operaciones elementales (suma, resta, multiplicación y división), las potencias y raíces de enteros, el cálculo de fracciones, múltiplo y divisor, primo y compuesto, pares e impares... Tenían también tablas de suma y de multiplicación.

La escuela pitagórica dio un valor místico a los números, en especial a los diez primeros. El tres, por ejemplo, es el de la perfección, de ahí su utilización en todo lo místico.

De toda la ciencia matemática, la geometría es con toda seguridad el área más desarrollada en Grecia.

En cuanto a la astronomía, al principio mantenían que el fuego ocupa la parte central, que alrededor de él giran la Tierra, la Luna, El Sol, los cinco planetas y el cielo de las estrellas fijas. En el s.III a.C., Aristarco de Samos ya dice que el centro del universo es el Sol; supuso la rotación diaria de la Tierra alrededor de su propio eje y su rotación anual alrededor del Sol; todos los planetas giran alrededor del Sol, excepto la Luna, que gira alrededor de la Tierra; las estrellas están fijas. Hiparco, en el s.II a.C., determinó de posición de las estrellas mediante coordenadas, hizo un catálogo de estrellas y determinó con precisión los equinoccios de primavera y otoño.

B)ROMA.

Los romanos, al contrario que los griegos, no desarrollaron grandemente estos principios. Ellos buscaron más lo práctico; encontrar los artilugios necesarios para sus construcciones, para su organización de las ciudades, etc. Eran más prácticos que teóricos.


El carácter eminentemente práctico y utilitarista del romano hizo que se dedicara ante todo a las ciencias de la naturaleza, la agricultura, la medicina... Pero nunca se sintió atraído por la abstracción de las matemáticas, por ejemplo. De la misma manera, se puede afirmar que no hubo ciencia en Roma, sus conocimientos eran los que habían adoptado de los griegos.

Los romanos dispusieron de una rica documentación científica y eran muy aficionados a recogerla en textos de tipo enciclopédico. Estos tenían una utilidad eminentemente práctica, ya que se procuraba ofrecer la utilidad de los conocimientos y señalar sus relaciones. Grandes enciclopedistas fueron, por ejemplo, Catón, Varrón, Verrio Flaco, Plinio el Viejo o Vitubio Polión.

En cuanto a las matemáticas, su espíritu práctico les llevó a dar mayor importancia a las matemáticas aplicadas que a las abstractas o puras.

En Roma se servían, en un principio, de piedras pequeñas para hacer las operaciones de cálculo (calculus > piedrecita). La unidad matemática se llamaba as, que se dividía en 12 unciae; su mitad se llamaba semis, y triens era su tercera parte.

Para hacer cálculos usaban también el ábaco, tabla dividida en cierto número de ranuras paralelas en las que se deslizaban unos botones móviles. La primera correspondía a las unidades y las restantes a las decenas, centenas...

Pero los romanos no se interesaban en gran manera por las matemáticas; su interés se redujo a la aplicación práctica a la agrimensura, o medición de la superficie de las tierras. Esto dio lugar a numerosos tratados.

En cuanto a la mecánica destaca la invención de la balanza de un solo platillo y la de la grúa para levantar pesos.

En cuanto a la astronomía, los romanos eran muy aficionados a lo irracional; éstos se mezclaron con la astrología y ésta quedó unido en cierta medida a la ciencia astronómica. De todas formas, sus conocimientos astronómicos eran escasos. Pensaban que el sol giraba alrededor de la Tierra, la cual era el centro del sistema planetario.

La astrología tuvo un gran auge como ciencia adivinatoria. Se establecieron asimismo las relaciones entre los signos del Zodíaco y los animales, las piedras preciosas...

En cuanto a la meteorología, todos los conocimientos van también encaminados al terreno práctico para beneficiar a agricultores... La medida del tiempo se hacía en principio con relojes de sol, de origen helénico; en la época de Augusto se introdujeron los de agua, llamados clepsidras, inventados por los egipcios. Consistían en una cubeta de agua que se iba llenando regularmente; al subir el agua, ésta empujaba un flotador en cuyo extremo tenía una varilla que iba señalando el paso de las horas sobre un tambor en el que estaban marcadas las líneas horarias.


En cuanto a la física, aunque los romanos no hicieron ningún descubrimiento, en cambio supieron sacar partido a los conocimientos heredados de los griegos en multitud de maquinas de guerra e incluso en aplicaciones prácticas para la paz. Hay estudios latinos sobre la refracción, los intervalos musicales, un telégrafo óptico... Existen obras sobre física, como Rerum Natura de Lucrecio, en donde se trata la naturaleza de los átomos y sus combinaciones. En óptica conocían varios tipos de espejos y lentes. Nerón, por ejemplo, era miope y utilizaba una esmeralda tallada para contemplar los juegos del circo.

En cuanto a la química, hemos de constatar que la industria química se remonta a la más lejana antigüedad. Los egipcios sabían ya purificar el oro y otros metales, fabricaban aleaciones, utilizaban procedimientos químicos para embalsamar a las momias y estaban muy adelantados en el arte de teñir los tejidos. Los romanos utilizaron una gran cantidad de aleaciones. Conocían la alfarería, el vidrio y el jabón. Practicaban la destilación y fabricaban perfumes por medio de la maceración de flores y especias en aceites y grasas. Los abonos eran muy usados.

En el s.I d.C. apareció la alquimia con la finalidad de poder transmutar los metales en oro, fundamentada en las experiencias de los orfebres de Mesopotamia y de Egipto, que elaboraban aleaciones que tenían apariencia de oro.

Los alquimistas griegos inventaron una serie de operaciones de laboratorio, como la destilación y la sublimación, y aparatos como el alambique, descrito en el s.V por María la Judía (que ideó la operación Baño de María para preparar grasas). También establecieron un sistema de símbolos que representan los metales y sus aleaciones.

En cuanto a las ciencias naturales, la obra latina más importante es la de Plinio el Viejo, Naturalis historia, que nos da una visión general del saber de esta época. Es una enciclopedia de la naturaleza: trata temas de geografía, zoología, botánica, medicina, mineralogía y de todos los saberes en general.

En zoología tenían conocimientos de las especies animales y su clasificación, del comportamiento animal...

En botánica Plinio nombra unas 800 plantas. El estudio de éstas viene determinado por su importancia en farmacia como remedios para enfermedades. Se daban remedios para curar todo tipo de enfermedades.

En cuanto a la medicina, ésta estaba vinculada a la magia en un principio, aunque esta mentalidad fue cambiando en el transcurso de los siglos, sobre todo tras el contacto cultural con Grecia. Hay tratados médicos de todo tipo, apareciendo recetas interesantes y absurdas.

La geografía tiene su origen en los periplos de los navegantes de la más remota antigüedad. Fueron los griegos quienes impulsaron esta ciencia y los romanos no quedaron atrás.

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